
El golpe ha comenzado
Los ciudadanos que soñaban con esperar con los dientes apretados cinco años para salir constitucionalmente del tirano, se acaban de dar un baño de agua fría. En efecto, desde que Baduel salió con su propuesta de usar las herramientas que da la constitución para salir de Chávez, toda la oposición se ha burlado de la idea, diciendo que es mejor esperar a que se le acabe el período que arriesgarse a una derrota en las urnas.
Hoy nos enfrentamos a una certeza, que yo vengo profetizando a contra-corriente desde el 2 de Diciembre: a Chávez la presente constitución no lo contiene, e intentará cambiarla para reelegirse por cualquier medio, usando la complicidad de la Sala Constitucional.
Nos enfrentamos, a la pesadilla de un golpe de estado desde el centro mismo del estado. He aquí anunciada en cadena nacional desde la Asamblea, la caída del estado de derecho, narrada por el hombre a quien las leyes encargaron de defenderlas, y ahora dice que en vez ejercer el poder en forma sobria y con verticalidad, en representación de todo el país, el primer tribuno de la nación anuncia en medio de los aplausos de la basura parlamentaria, que “hay que jugarse a Rosalinda”.
De un lenguaje elevado, que debiera haber dedicado a explicar porque no hay ningún problema resuelto, pasa a una jerga de garito, de burdel. De paso, la imagen prestada del poema famoso deja muy mal parada a la mujer venezolana, y las mujeres deben sentirse humilladas de que Chávez use una estrofa donde un hombre apuesta a su pareja, como si fuera una esclava, una propiedad, para recuperar sus corotos. Da vergüenza ajena que el estado venezolano haya descendido a esos niveles y que entre los 26 millones de ciudadanos justamente hayamos escogido a un maleante para gobernarnos, casi el único que no está condicionado intelectualmente para dirigir ni siquiera una alcaldía de provincia. En un país “normal” un presidente nunca usaría una metáfora tan denigrante para la mitad de la población.
La idea básica del Baduel es que constitución actual tiene en sí la vacuna contra la permanencia en el tiempo de un régimen tiránico, corrupto, enloquecido como este, y ese remedio es la convocatoria a una constituyente. El general tiene razón, entiendan , que lo de Chávez no es broma, estamos de hecho en medio de una declaración de guerra, de una propuesta golpista sin careta, sin disimulo, y hay que declararse en emergencia, en campaña, desenterrar las espadas oxidadas y durmientes desde la gesta libertadora de Bolívar y atreverse a arriesgar la vida por la patria.
A veces la libertad hay que pagarla con sangre, y en los países donde los ciudadanos quieren más un plato de comida que su libertad, por lo general se quedan sin comida y sin libertad. Así que exclamemos con energía “muerte a los tiranos”, y salgamos a buscar firmas para una constituyente, la última del siglo XXI, porque después de Chávez seremos por fin un país democrático, próspero y feliz.
Opinión
Federico Alves
Noticiero Digital
Los ciudadanos que soñaban con esperar con los dientes apretados cinco años para salir constitucionalmente del tirano, se acaban de dar un baño de agua fría. En efecto, desde que Baduel salió con su propuesta de usar las herramientas que da la constitución para salir de Chávez, toda la oposición se ha burlado de la idea, diciendo que es mejor esperar a que se le acabe el período que arriesgarse a una derrota en las urnas.
Hoy nos enfrentamos a una certeza, que yo vengo profetizando a contra-corriente desde el 2 de Diciembre: a Chávez la presente constitución no lo contiene, e intentará cambiarla para reelegirse por cualquier medio, usando la complicidad de la Sala Constitucional.
Nos enfrentamos, a la pesadilla de un golpe de estado desde el centro mismo del estado. He aquí anunciada en cadena nacional desde la Asamblea, la caída del estado de derecho, narrada por el hombre a quien las leyes encargaron de defenderlas, y ahora dice que en vez ejercer el poder en forma sobria y con verticalidad, en representación de todo el país, el primer tribuno de la nación anuncia en medio de los aplausos de la basura parlamentaria, que “hay que jugarse a Rosalinda”.
De un lenguaje elevado, que debiera haber dedicado a explicar porque no hay ningún problema resuelto, pasa a una jerga de garito, de burdel. De paso, la imagen prestada del poema famoso deja muy mal parada a la mujer venezolana, y las mujeres deben sentirse humilladas de que Chávez use una estrofa donde un hombre apuesta a su pareja, como si fuera una esclava, una propiedad, para recuperar sus corotos. Da vergüenza ajena que el estado venezolano haya descendido a esos niveles y que entre los 26 millones de ciudadanos justamente hayamos escogido a un maleante para gobernarnos, casi el único que no está condicionado intelectualmente para dirigir ni siquiera una alcaldía de provincia. En un país “normal” un presidente nunca usaría una metáfora tan denigrante para la mitad de la población.
La idea básica del Baduel es que constitución actual tiene en sí la vacuna contra la permanencia en el tiempo de un régimen tiránico, corrupto, enloquecido como este, y ese remedio es la convocatoria a una constituyente. El general tiene razón, entiendan , que lo de Chávez no es broma, estamos de hecho en medio de una declaración de guerra, de una propuesta golpista sin careta, sin disimulo, y hay que declararse en emergencia, en campaña, desenterrar las espadas oxidadas y durmientes desde la gesta libertadora de Bolívar y atreverse a arriesgar la vida por la patria.
A veces la libertad hay que pagarla con sangre, y en los países donde los ciudadanos quieren más un plato de comida que su libertad, por lo general se quedan sin comida y sin libertad. Así que exclamemos con energía “muerte a los tiranos”, y salgamos a buscar firmas para una constituyente, la última del siglo XXI, porque después de Chávez seremos por fin un país democrático, próspero y feliz.
Opinión
Federico Alves
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